En Aníbal, caballero moderno frente a obstáculos del mundo contemporáneo, sobreviven los valores y las motivaciones del guerrero cristiano legendario que asciende por obra de su propio esfuerzo. Bondad, caridad, perseverancia y adaptación son virtudes entre muchas otras que le permiten alcanzar la corona de su propio hogar idealizado a partir de la cercanía con las carencias y con modelos de bienestar tradicionales. Sin embargo, la estabilidad de ese reino dependerá de la recuperación de dimensiones humanas que esos mismos modelos apartan del desarrollo masculino. Explorándose en busca siempre del crecimiento, Un guerrero con sentimientos comparte con el lector las enseñanzas que la vida le ha preparado preguntándole y cuestionándose a sí mismo: “¿Estás destinado a rechazar a la mitad de la humanidad sólo porque no piensa como tú?”, a sabiendas de que aquella otra mitad quiere también “lo mejor para la humanidad”.
