Todas las muertes que viví: una jornada de reconstrucción al encuentro de la serenidad
El 21 de mayo de 2008, Adriana Miranda tenía salud, tenía trabajo, tenía planes, tenía madre. Diez días después, ya no quedaba nada.
Todo había desaparecido.
A los cuarenta y tres años, Adriana enfrentó de forma consecutiva tres eventos devastadores, que alteraron el rumbo de su vida. El 21 de mayo, perdió injustamente su empleo, luego de meses de lucha; el 24 de mayo, su madre falleció de forma impactante e inesperada; y uma semana después, el 31 de mayo, sufrió un Accidente Vascular Cerebral que dejó la mitad derecha de su cuerpo casi totalmente paralizada.
Fue demasiado. Adriana cayó en una profunda depresión, sintiéndose derrotada, perdida, sin salida.
Este libro trata sobre su jornada; su antes, durante y después. Aquí ella relata, de forma conmovedora, cómo, después de vivir un tiempo em piloto automático, logró superar las dificultades y cicatrizar las heridas, emergiendo del fondo del pozo para poner su vida nuevamente em orden y encontrar la serenidad.