La tarde que Bobby no bajó a jugar

La tarde que Bobby no bajó a jugar

Mayra Montero

  • $23.99
    Unit price per 

Only 1 left!

Paperback | 288 páginas

 

Dos viajes a La Habana, dos romances y una estrella del ajedrez

Un gélido jueves de enero de 2008, en un hospital de Reikiavik, el doctor Stoltz colocaba un alfil en la mano vencida de Bobby Fischer, quien fuera el mejor ajedrecista del mundo, para que, al apretar en ella la pieza, las venas de su brazo se hincharan y así poder inyectarle una dosis compasiva de morfina. Aunque, en realidad, esta narración arranca más de cuarenta años atrás, con un Bobby Fischer admirado por todo el mundo que visita Cuba en 1966 para disputar un torneo, y entrelaza dos historias de amor, dos pasiones vividas con una revolución como telón de fondo. La de Miriam, que a sus catorce años tiene un breve e intenso romance con el ajedrecista, y la de un misterioso cubano de origen polaco que cae rendido a los pies de la madre del gran maestro diez años antes. Dos pasiones amorosas en dos momentos históricos de Cuba, aquella que floreció al calor de los casinos y la industria del turismo que comandaban los gánsteres desde Florida, y la que quedó después de que la Revolución arrasara el espejismo capitalista. Mayra Montero recrea con maestría dos épocas de una ciudad, La Habana, que ya ha desaparecido.

 

Sobre La mitad de la noche:

«Mayra Montero maneja con habilidad su doble hilo argumental… el libro crece enormemente y la recreación de un tiempo y un lugar es estupenda... Una narradora de enorme pulcritud que sabe atrapar la atención del lector y conservarla. Sus libros funcionan con enorme fluidez y astucia.» Pablo Martínez Zarracina, El Correo

 

«Un comienzo brutal, una prosa destilada que nos adentra en la psicología de unos personajes atormentados por el secreto en la intrahistoria de una acaudalada familia donostiarra… Mayra Montero recrea con gran eficacia la atmósfera opresiva de la Iparralde ocupada, a la vez que decribe con maestría la inmersión de la protagonista en las cartas.» Íñigo Urrutia, El Diario Vasco


We Also Recommend