EN LA AZOTEA: 10 PIEZAS CORTAS DE TEATRO
En una sociedad que vive de prisa, competimos en una carrera por capturar la atención del público y luego sostenerla. Ahí la mano precisa de la autora alcanza una dimensión poco común. Alejandra Ramos Riera no simplifica un mundo complejo sino que lo traduce y lo engrandece: el silencio es acción, la palabra a menudo es paralizante, sorpresa sobre la que construye el conflicto inminente, con o sin resolución. Todo logrado entre 15 y 20 minutos ante el mandato claro de la autora: la obra comienza antes de comenzar y termina luego de acabarse. No hay tiempo para regodeos. Alejandra Ramos Riera logra su objetivo. La lectura de estos textos es una advertencia ante el hecho teatral, el cual se consuma cuando público y actores se confrontan. He sido testigo. Rosalba Rolón